viernes, 6 de mayo de 2011

TRASLADO AL NUEVO AYUNTAMIENTO

Vaya por delante que cualquier traslado que se haga siempre va a presentar innumerables problemas e inconvenientes y en un caso como el nuestro, en el cual se moviliza a tanto personal, aún más, pero si somos mínimamente objetivos y razonables lo que está ocurriendo en el Ayuntamiento está entre “Aterriza como puedas 10 y medio” y “El camarote de los Hermanos Marx”, con todos los respetos.

Por un lado, el edificio presenta deficiencias graves como, por ejemplo, un suelo o techo técnico, que permita adecuar el espacio a las personas y no al revés. El diseño espacial y su distribución presenta, cuando menos, interrogantes; sobre todo teniendo que acoplar a tanta gente y queriendo meter tantos servicios en un mismo sitio. Alguna consecuencia de todo ello es un montón de cables cruzados por el suelo, una complicada atención a los ciudadanos que en algunos sitios no tienen una clara ubicación y que, en ciertos casos, se puede incumplir la Ley de Protección de Datos, puesto que el ciudadano se queda delante de la pantalla del compañero que le atiende y de la pantalla de al lado, conserjes que todavía no saben dónde está su sitio, falta de indicaciones direccionales, auxiliares administrativos en los pasos de gente que tendrán que hacer de conserjes, falta de espacios mínimamente reservados para atenciones que requieren cierta discreción y, por último, un montón de gente mosqueada. Nos sorprende, por cierto, que con el poco espacio que existe se esté montando una sala de prensa.

Creemos que cuando se diseñó el edificio no se pensó mucho para quién iba destinado, no se consultó con todas las partes implicadas ni se le buscó toda la funcionalidad que se le debía haber dado. No decimos que el proyecto lo hiciéramos entre los mil quinientos trabajador@s del ayuntamiento pero sí que se debería haber contado con la participación de la gente que luego va a usar las instalaciones.

Al margen de estas deficiencias y alguna más, como la falta de un montacargas, mobiliario tirando a pequeño, etc. la organización del traslado ha sido más bien caótica; es decir, muy deprisa y mal, con mucha gente disponiendo y nadie por encima de todo dirigiendo, con el suelo sucio y cosas sin funcionar que a día de hoy aún siguen igual. Con unos servicios que lo han organizado mejor y otros que todavía están en el atasco. Está claro que la intención era hacer el traslado antes de las elecciones, lo cual es legítimo, pero pensamos que se podía haber hecho gradualmente en estas semanas previas a los comicios y haber evitado gran parte de los problemas surgidos y de los cabreos del personal. Al final, la imagen que se da no es la más idónea.

Mención aparte merece el tema de la puerta de acceso, donde más de un ciudadano se ha dejado la nariz y hasta algo de sangre porque parece que tiene problemas de exceso de transparencia. Las compañeras de la entrada, a falta de señalización, pusieron con toda su buena fe un papel en el cristal para intentar evitar los piñazos pero a alguien con superior criterio le pareció de mal gusto la idea, ordenó retirarlo y prefirió que la gente se siga dejando la cara en la puerta. Algunos la llaman la puerta del encuentro por los espectaculares encontronazos que se han visto.

En definitiva, las cosas se pueden hacer de muchas maneras; nosotros no tenemos la varita mágica y seguramente nos equivocamos en alguno de los planteamientos que arriba hemos hecho pero parece, a nuestro entender, que tanto el edificio como el traslado eran manifiestamente mejorables.